MÍ PEQUEÑA LUNA

Una pequeña Luna yo tengo, ella me sigue siempre en mis sueños, no quisiera despertarme nunca; Por ella siempre me duermo…
Cuando te busco no hay sitio en donde no estés “En mis sueños”. Necesito de ella como la luz necesita de la obscuridad, pues si no existiera la obscuridad, la luz no tendría a quien brillar.

Tan perfecta y armoniosa eres mí Luna, que el mismo Beethoven bastó de NUEVE Sinfonías para ser eterno, yo tan sólo me conformo con un eco de tú voz para suprimir la soledad de todos mis miedos; Ahora mis pesadillas se convirtieron en pastillas que quiero tomar para alcanzar tú grandeza, explorar tú naturaleza y de ti nunca escapar.

¿Qué otra cosa puedo hacer? Sin mí Luna moriré (tal vez compondré) pero sin ella todo será un vaivén, como un barco sin sus velas, ves las velas que yo soplo, cuando me desvela todo y a la deriva está mí espera…

De repente entras a mí mente, es un sueño más, quisiera tomar un antídoto para soñarte un poco más, pero tengo miedo de despertar y pensar en la realidad; Sí con el sol me tuviese que enfrentar para moverlo de tú lugar… Estaría firmando mí destino donde siempre me brillarás.

Luis Fernando Cardoso Sabogal.