Idilio

En un valle muerto resplandece
la vida contenida en tus ojos,
brillan aun cuando atardece
y el sol esfumina montes rojos.

Hay brío cuando amanece,
la ansiedad por ver tus cerrojos;
por ellos que importa qué acaece,
si la tierra cumple sus antojos.

Más cuando el rocío vuelve
impregnando el aire del vino,
aún tu enigma no resuelve

mi beso crepitante y divino.
Luego el mundo se revuelve
¡lluvia áurea sin destino!

Comentarios & Opiniones

La Dama Azul

Un gusto la lectura de vuestra obra y con tan gustoso cierre
"mi beso crepitante y divino.
Luego el mundo se revuelve
¡lluvia áurea sin destino!"
Reciba saludos cordiales

Critica: