AL SILENCIO DE ENRIQUE BANCHS

A quién en realidad el agua hospeda,
el agua del espejo a quién contiene.
al Poeta que fuí, o al que sostiene
su cuerpo en un cristal que se aboveda.
Si ya todo lo he dicho, ¿qué me queda?
Si el agua me devuelve ese bosquejo,
indescifrable y raro y yo me dejo
perder en él, cual viento y polvareda.
Si creo en el espejo, esa moneda
de caprichosas caras que detiene
todo el ayer, mirarte me previene
de lo que aún, acaso me suceda.
En ese nombre, Enrique Banchs, me pierdo
porque como el cristal que me refleja,
mi nombre es todo aquello que me deja.
palabra, inspiración, sueño y recuerdo.
LUCIANO CAVIDO