Paradoja

Sigo queriéndote, a pesar
de haberme impuesto una vez más
callar este impetuoso viento huracanado,
que quiere escapar
de aquel rincón final
donde tantas veces lo hube confinado.

Sigo esperando, y muy a mi pesar,
encontrar una última pizca de esperanza,
postergando proyectos y amigos y amores,
entregando todo y recibiendo nada.

Continúo creyendo que estoy en tus planes,
que tu historia es un cúmulo de equivocaciones
que acabarán cuando te topes, al fin
con mi sonrisa, y admitas
que fui siempre lo que estabas buscando.

Sigo pensando, ingenua,
que no te has dado cuenta que me adoras,
que nunca acabarán las oportunidades,
que cuando lo comprendas correrás a mis brazos
y que siempre estaré para esperarte.

Sigo sintiendo, tonta,
que me sobran minutos para amarte,
que una estrella fugaz dará inicio a la magia
y no será ya más esperar que me quieras,
sino verte llegar, mi corazón en tu bolsillo
y la absoluta certidumbre de que existo por tu causa.

Sigue doliendo, entonces,
La ilusión de tener tu cabello en mis dedos,
de sentir que tus brazos me abracen solemnes
en un silencio absurdo de rosas azules.

Porque por la mañana,
cuando el sueño se va,
vuelvo a perderte,
y mi cielo anochece
transformando la luna de mis ojos en escarcha.

Porque en vano se ciñen
mis manos a mi almohada
buscando retenerte…
y no miras atrás cuando te marchas.