La casa de la esquina

Cruzo la puerta que se abre franca
con sus dinteles y postigos
que se alegran al verme.
Tropiezo con la nostalgia impaciente
que se me enreda en los tobillos.
Vuelvo en busca de los recuerdos
de un pasado que se quedo dormido
entre las piedras y ladrillos,
en busca de mi alma que se quedo colgada,
en alguna cornisa
en el desván o en las cortinas.
Recuerdo los viejos sueños
que se fueron cómo las golondrinas,
persiguiendo otros cielos
Las paredes me cantan canciones
que escuchaba de niña.
Allí está mi vida...
enterrada en el polvo de la estancia
entre toda la hojarasca envejecida
en el jardín, en el añoso columpio del patio,
en la escalera o en la cocina...
Allí están mi sueños de niña,
cada recuerdo de mi vida,
los amores que latieron en mi pecho,
las pasiones apenas contenidas
y hasta mi inocencia perdida,
allí se quedó mi vida...
en la vieja casa de la esquina.

Sandra García Tenorio
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