Arcoiris de un despertar

La inocencia color celeste del cielo despejado, tormenta de rayos de sol color dorado, el negro potencialmente discriminado y el sufrimiento injusto del color morado.
El blanco que avanza como abeja asesina, destruyendo los panales y colonias que no se persignan, la miel anaranjada se vuelve dura como resina y quien no crea pues la muerte se le avecina.
El océano azul que se ve amenazado, por basuras grises que los humanos van botando, desde Asia hasta América van cayendo, los arcoíris marinos nos van dejando.
Los contrastes de un piano que muchos silenciaron, el rojo de la sangre que los de arriba ignoraron, la lejanía de aquellos que algún día los exiliaron, y de quiénes hoy no están porque a sangre fría los mataron.
El verde que se torna seco, sin color, desgastado, por el humo de la basura industrial que lo ha infectado, el café del disidente se ve amenazado, el moreno discriminado, y el pobre, abandonado.
El tornasol de la esperanza, que mezcla el brillo de las estrellas, se siente un cambio, el primer paso es el que más avanza, las rosas hasta secas son las más bellas, el tiempo figura dejando su huella, cada vez más, se hace más corta la espera.
Antes cuando morías pensando en que el beige incierto siempre predominaría, donde el color simplemente en tu interior se escondía, cuando el miedo magenta rigurosamente manejaba tu vida, hoy eso cambia, con amor, revolución y valentía.
Despertamos poco a poco, de la pesadilla cocinada por los títeres hambrientos de poder, del aceituna, color de la ambición, del verde oliva que dejó a muchos sin visión, de los colores que afectan mi percepción, y del violeta que resuena en mi interior.
Mi protesta de colores, mi arcoíris de esperanza, mi paleta de pensamientos, mi tabla de constancia, mi amuleto de la suerte, mi expresión de extravagancia, mi lamento poético, de mis convicciones resonancia.