La niña del columpio

Se columpiaba en aquel columpio cerca del lago.
Sus cabellos al viento y sus ojos llenos de una alegría infantil.
Reía al compás de la brisa, una risa sincera llena de verdad.
Sus mejillas eran rosadas y vestía un vestido azul.

Yo la observaba desde el banco de en frente.
Perpleja.
Sorprendida por la inocencia de aquella criatura tan bella.
La observaba con detalle, y me preguntaba de dónde venía.
Jamás la había visto con ninguna compañía.

Se columpiaba hasta las nubes y no temía caer.
Subía y bajaba.
En algunos instantes efímeros, cerraba los ojos, dejando entender que estaba soñando.
Luego cantaba una bella canción que yo no entendía.

"En el cielo de mil lunas,
En la cuna de alegría,
He de ver aquellos sueños,
Y cumplirlos dando mi vida."

Yo permanecía sentada un instante.
Esperando poder desvelar aquellos secretos que ella escondía.
Pero jamás descubría nada a parte de lo que por fuera veía.
Y unos minutos después me iba.
Y la dejaba allí, columpiándose quien sabe hasta qué hora.

Cuando fui a verla aquella tarde, no estaba.
El columpio en el que solía estar solo se balanceaba.
Su risa infantil resonaba por los aires.
El viento soplaba y agitaba las hojas de los árboles, como anunciando una catástrofe.
En el lago, un vestido azul flotaba.
Y de eso nadie se preocupaba.

Y así siguieron los días, la niña ya no estaba.
Su canción la cantaban las aves y su mirada eran las estrellas.
El lago atesoraba su risa y su cabello era un recuerdo en mi mente.
Sus mejillas rosadas eran las manzanas en los árboles.
Su columpio ya no tenía a quien lo balanceara.

Tal vez aquella criatura sabía lo que pasaría.
Tal vez pensó que nadie la extrañaría.
O tal vez fue solo una imagen inexistente, para hacerme compañía…