Hija mía

Quisiera yo, poder entender tu mundo...
Pero no logro descifrar tus mil y un patrones...
Sería muy feliz, si me explicaras tus razonamientos...
Pero no me permites acompañarte en tu vuelo...

¡Oh hija mía! ¡Cuánto lo siento!
¡No puedo acompañarte en tu imperio!
¡No puedo tomarte de la mano para sacarte los miedos!
Oh hija mía, que sufrimiento...

He llorado, no sé cuantas veces, por esto que siento...
¡Pero me es imposible entender tus sentimientos!
Lloras, ríes, amas, odias, ¡y no lo comprendo!
Es como si no existieras realmente...

Vienes de mí, hija mía, pero no logro ir hacia ti.
Tus ojos cuentan una historia distinta...
Nuestros caminos, son diferentes...
Oh hija mía, ¿tú sí me entiendes?

Deseo con el alma, llegar a conocerte...
Deseo con el alma poder entenderte...
Estoy perdida, ¡no sé qué hacer!
Te necesito, pero no sé cómo entender...

Sé que hablas, a tu manera...
Se que me oyes y esperas...
Sé que me ves y observas...
Y hasta sé, que me enseñas...

Pero yo, ¡no logro verte!
¡Es tan desesperante!
¡Eres tan invisible!
Oh hija mía, vuelve a mi vida.

No estoy loca ni perdida...
¡Solo te amo hija mía!
Y nunca cederé a la más mínima idea de que ya no seas mía...
Sé, que no te fuiste...

Estoy muriendo, querida hija...
Te estoy soltando....
Pero tranquila, hermosa hija,
Que aunque no te comprenda, siempre esperaré a que vuelvas con un chocolate caliente y galletas...

Nunca imaginamos que el viaje fuese tan largo, ¿verdad, hija mía?
Creímos que poco tiempo tardaría...
Pero creímos mal, hija mía,
La muerte no es una amiga...