LOS POETAS DE LA GENERACIÓN DECAPITADA

En Sudamérica a principios del siglo xx aparecían en Ecuador un grupo de jóvenes quienes mostrarían un lado de la literatura poco antes visto. Dos guayaquileños, Ernesto Noboa y Caamaño, Medardo Ángel Silva; y, dos quiteños, Arturo Borja y Humberto Fierro, fueron quienes con su vida instaurarían el modernismo y un innovador modelo de las letras ecuatorianas. A pesar de radicar en diferentes regiones del país, todos ellos tenían gran similitud y concordancia si se idiosincrasia y literatura se trataba.
Desarrollaron varios textos, así como una poesía fuera de serie. Poesía evasionista, trágica; producto del hastío, la insaciable duda, los amores trágicos, su incomprensión con la sociedad que por añadidura, los llevaría a la introversión, al retiro, al consumo excesivo de drogas y al desprecio por todo aquello que ante sus ojos era una sociedad quebrantada, inentendible, sin alma, sin rumbo humanístico, moral, ni filántropo. Sus obras poéticas serían valoradas después de sus respectivas y prontas defunciones. Años después de la muerte de cada uno de ellos, los cuatro poetas ecuatorianos serían bautizados con el nombre de " Decapitados" o también luego llamada la " Generación Decapitada" nombramiento al cual se harían merecedores luego que cada uno de ellos acabó con su vida a temprana edad sin que ninguno de ellos lograra sobrepasar al menos los 40 años de edad. En diferentes circunstancias pero del mismo modo en común, todos ellos le darían punto final a su existencia bajo la modalidad del suicidio. Entre una de las muertes mas discutidas de los ya nombrados está la de Medardo Ángel Silva quien después de escribir una de sus grandes obras poéticas "El alma en los Labios" habría hecho extinguir su vida en frente de la dama Amada Villegas, se presume que tras una ajetreada querella Ángel Silva no habría soportado el rechazo de la fémina de modo que habría tomado la inmediata decisión ante la perpleja vista de su por siempre amada. La historia recuerda con tristeza o asombro a los cuatro poetas ecuatorianos, quienes mostraron versos con mucho dolor, versos enfermizos, mojados en la miel del ser bohemio, escalofriantes letras que mostraban el interior de seres oscuros, sin fines de lucro, sin sueños, sin aspiraciones, pero con un gran pesar y desgracia que a su consideración, su vida no tendría que soportar más. A pesar de que jamás se reunieron en conglomerado a fin de crear un grupo u organización, se dedicaron poesía mutuamente a lo largo de su corto tiempo de vida. Fueron influenciados por textos de grandes escritores como Rubén Darío, Baudelaire, Victor Hugo, Samain, Rimbaud y Verlaine , de los cuales los decapitados escudriñarían hasta la saciedad sus obras y sería clave en la configuración mental y artística de cada uno de ellos. A continuación presentamos una breve muestra de las obras de la Generación Decapitada.

Medardo Ángel Silva: Nació el 8 de Junio de 1898, tuvo una vida económicamente difícil fue maestro y periodista. Se suicida el 10 de junio de 1919 en frente de su amada Amada Villegas.

EL ALMA EN LOS LABIOS

Autor: Medardo Ángel Silva

Para mi amada

Cuando de nuestro amor la llama apasionada,
dentro de tu pecho amante contemples extinguida,
ya que sólo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes me arrancaré la vida.

Porque mi pensamiento lleno de este cariño,
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo,
lejos de tus pupilas es triste como un niño,
que se duerme soñando en tu acento de arrullo.

Para envolverte en besos quisiera ser el viento,
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento,
para poder estar más cerca de tu boca.

Vivo de tu palabra y eternamente espero,
llamarte mía como quien espera un tesoro.
Lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero,
y besando tus cartas ingenuamente lloro.

Perdona que no tenga palabras con que pueda,
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda,
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda,
dejar mi palpitante corazón que te adora.

Ernesto Noboa y Caamaño: Nació en Guayaquil en 1898 perteneció a la aristocracia entre sus antepasados hay dos presidentes del Ecuador, al regresar de Europa se entrego al alcohol y la drogadicción con el fin de evadir la realidad, prefiriendo a este como recurso clave para escribir sus poemas. Se suicida en el año de 1927.

EGO SUM

Autor: Enersto Noboa y Caamaño

Amo todo lo extraño, amo todo lo exótico;
lo equívoco y morboso, lo falso y lo anormal:
tan sólo calmar pueden mis nervios de neurótico
la ampolla de morfina y el frasco de cloral.

Amo las cosas mustias, aquel tinte clorótico
de hampones y rameras, pasto del hospital.
En mi cerebro enfermo, sensitivo y caótico,
como araña poeana, teje su red el mal.

No importa que los otros me huyan. El aislamiento
es propicio a que nazca la flor del sentimiento:
el nardo del ensueño brota en la soledad.

No importa que me nieguen los aplausos humanos
si me embriaga la música de los astros lejanos
y el batir de mis alas sobre la realidad.

Arturo Borja: Nació en Quito en 1892, cuando niño viajo a Paris pero se dice que regresó envejecido y lleno de nostalgia. Muere el 3 de noviembre de 1912. Se presume que murió por una sobredosis de morfina por la incomprensión de la sociedad.

VAS LACRIMAE

Autor: Arturo Borja

La pena. . . La melancolía . . .
La tarde siniestra y sombría . . .
La lluvia implacable y sin fin. . .
La pena . . . la melancolía . . .
La vida tan gris y tan ruin.
La vida, la vida, la vida!
La negra miseria escondida
royéndonos sin compasión
y la pobre juventud perdida
que ha perdido hasta su corazón.
¿Por qué tengo, Señor, esta pena
siendo tan joven como soy?
Ya cumplí lo que tu ley ordena;
hasta lo que no tengo, lo doy . . .

Humberto Fierro: Nació en Quito en 1890, de familia burguesa, con la muerte de su padre tuvo que buscar un empleo como burócrata. Tuvo una sensibilidad muy refinada. Murió en quito el 23 de agosto de 1929. Su vida fue tranquila y sin excesos pero en sus últimos años se entregó a la vida bohemia.

TU CABELLERA

Autor: Humberto Fierro

Tu cabellera tiene más años que mi pena,
¡Pero sus ondas negras aún no han hecho espuma. .
Y tu mirada es buena para quitar la bruma
Y tu palabra es música que el corazón serena.

Tu mano fina y larga de Belkis, me enajena
Como un libro de versos de una elegancia suma;
La magia de tu nombre como una flor perfuma
Y tu brazo es un brazo de lira o de sirena.

Tienes una apacible blancura de camelia,
Ese color tan tuyo que me recuerda a Ofelia
La princesa romántica en el poema inglés;

¡Y un corazón del oro. . . de la melancolía!
La mano del bohemio permite, amiga mía,
Que arroje algunas flores humildes a tus pies.

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Muchas gracias por la explicación y la muestra de insignes poetas. Saludos

Critica: