Dextrógiro, levógiro, estático

poema de L. V.

La segunda mitad de su vida, deseó morir.
Apretaban las tenazas de la mundanidad,
Del estado de vigilia, hasta mataba por salir.
Solo dándole acceso al veneno, podía soñar.

Y solo en sus sueños abrazaba quimeras de colores.
La luz de la luna alumbraba su sueño febril.
Se le pegaban las sábanas, debajo estaba el cofre,
Cofre de un tesoro que se abría al llenar el atril.

Un horario, un minutero y también un segundero
Que se tomaban su valioso tiempo para pasar
Por una docena de números, siguiendo un sendero
De lo más punzante y doloroso para caminar.

Freud le despertaba para lacerale las muñecas,
Era una una mezcla volátil de dolor y de placer.
Entre sus delirios descubría al fuego y la rueda,
Volver al pasado era lo único que sabía hacer.

¿Acaso me vas a decir que no era lo que querías,
Tocarle la puerta a San Pedro y verle la cara a Dios?
No te me arrepientas, no sé qué demonios pretendías.
Yo te acabo de bajar el cielo, es solo para vos.

No le des más vueltas, ni que fuera ruleta rusa,
Mostrame la decisión que jurabas tener ayer.
Si vas y volvés a pisar la trampa de oso; tu culpa.
Si llevo el cielo en mis manos, es para ya no volver.

El gatillo está flojo. La bauticé "Alternativa".
Es solo un pequeño regalo, de mí para vos.
Yo te escuchaba mientras a ahogados gritos pedías
Tocarle la puerta a San Pedro, verle la cara a Dios.

Hoy se despertaba para proponerse otra prueba,
"A ver si hoy puedo sonreír al menos una vez".
Es que, en sus regresos, se encontraba con las nada nuevas
De que en su almohada sobre mojado solía llover.

Los temporales, hace tiempo que los siente eternos,
Las mañanas, para hablar con el inodoro son.
No hay nada que le quite el dolor de cabeza, pero
Al menos, por las noches no sentía el del corazón.

Sostiene botellas como si fueran granadas de mano,
Hasta que se vacíe y consiga por fin la siguiente.
No había dónde verterlo, ayer rompió todos los vasos,
Junto con los sueños que deambulaban en su mente.

Todas las noches, enfrentaba una batalla perdida;
Todos los días, despertaba con ganas de dormir.
Se muere de las ganas de encontrar una salida
Pero, ¿salir?, sí sabe que solo se sale al morir.