luciernagas

poema de Arturo guerra

Luciérnagas en el jardín

20 años han pasado de esta historia que comenzó en algún jardín afuera de la ciudad, dos almas que aunque separadas siempre unidas se mantendrán, el sol de aquel verano los descubrió y unió sus manos para no volverlas a separar, un primer beso en la sombra para que nadie los pudiera observar sin pensar que todo el universo ya sabía lo que sucedería, medio día y apenas comenzaba la historia de dos almas unidas por el sol, al caer la tarde un poco más enamorados se sentían, caminaban y platicaban de un futuro incierto pero que sabían que lo compartirían, más besos en las sombras ya que el sol poco a poco era su turno de irse a acostar, pero para ellos apenas comenzaba las horas más felices que pudieran soñar, al llegar las 7:30 de la noche apartados del mundo se encontraban, en algún lugar donde solo se veían luciérnagas en el jardín, ellas fueron las cómplices de aquel amor que se comenzaba a concretar, al sonar las 10 de la noche dos almas unidas en una se entrelazaban, desde esa noche comenzaron a soñar y a vivir en cada despertar, cada año regresaban a aquel lugar donde solo había luciérnagas recordándoles su amor y así fue durante más de 10 años u 11 ya no lo recuerdo bien, hasta que un día las luciérnagas emigraron para nunca más volver y así separar dos corazones que alguna vez el sol unió y que parecía imposible separar, como fue posible? Aún nadie lo puede explicar, cuentan que todo comenzó una mañana del mes de junio, donde parecía todo normal, pero algo al despertar fue diferente, era el mes de fugarse de la realidad e irse a aquel jardín, pero algo era distinto el sol ese día no salió, solo nubes negras como presagiando el final de algo que no tenía final, el beso ya no supo a mar, las manos se separaban y no se podían tocar, las miradas chocaban en sus ojos como dos piedras contra la pared, aún así acudieron a su cita anual y poder observar luciérnagas en el jardín, al final una lluvia intensa de la nada apareció y ese día no paro, como presagiando algo fatal, al llegar a aquel jardín ya no hubo magia, inundado se encontraba y sus corazones ahogados, al regresar ya lo sabían no tenían que decir palabra alguna, en ese momento un corazón se separaba de nuevo en dos, han pasado 8 años desde aquel adiós cada quien por su lado, cada quien cargando con la historia que tuvo un principio pero no final, hace poco me enteré que a escondidas cada año por su lado siempre van a observar aquel jardín afuera de la ciudad del cual ya cada vez queda menos, la ciudad se lo ha comido, me imagino recuerdan lo que alguna vez sucedió en aquel lugar y en sus corazones aún queda la esperanza de regresar el tiempo y volver a comenzar pedirle al sol y a la luna que regresen las luciérnagas que los unieron y que continúe la historia sin final.