Control de la Ira

poema de Kallisti

No hay prorrogativa, en mi enojo no hay piedad, ni empatía.
Y me obligué, me até a un poste helado, cual potrillo regañado, para que mi mente logre entender.

El enojo y la violencia no solucionan nada, pero la justicia no ganada solo pudre aun mas la manzana.
Y aun así, siento tan adentro mio, que parece que mi corazón brotace de las mismas raíces del odio con el que convivo.
Se que me lleva a la nada, se que no me sirve, ni me aplaca, me deja aun mas abandonada.
Tampoco encuentro una forma de arrancarlo de mi pecho, sin sentir que pierdo aun mas con ello.
Quisiera amar, amar con todo el cuerpo, con lo que soy, y lo que hago, con lo que "ellos" me robaron y con todo lo que aun no perdí...
Aun mi mente sigue aquí.
Atada en este frío poste. Quizás las estrellas me perdonen, o me iluminen al brillar, solo para mí.