Mata a tus ídolos

Mata a tus ídolos, te digo.
No dudes nada, guía tu mano.
Mata a tus ídolos, te digo.

Sí el ego arriba eleva
Leva pronto anclas la cordura
Y el hombre se cree divinidad.

Muta entonces la estructura,
Metamorfoseando su forma,
Creyendo esta digna de orna.

Otrora en su mayor humildad,
Tal vez los elogios mereciese,
Pero la humildad tuvo cese.

Ahora es tarde, sí, muy tarde.
La arena que el tiempo marca,
Ha alcanzado el temido cenit.

Segando como lúgubre parca
El orgullo marca el camino,
Clavando en la tierra sus zarpas.

Así que, escucha mi consejo:
Mata a tus ídolos, te digo,
Hazlo con soltura, convencido.

Borra sus nombres de tu historia,
Quema la epopeya que los alumbró
Que solo sean una memoria.

Mas la vida es una cruel noria,
Rueda de la fortuna torcida.
Toda la rabia vertida, volverá.

Cuando ya todos caídos yazcan,
No dejes que esto te complazca,
Pues la rueda girará otra vez.

Los ídolos que asesinaste,
Testigos mudos auguro serán,
Del triste ascenso que sufrirás.

En ese Olimpo de vanidad
Ya reposas de forma eterna,
Aunque ahora eres me temo

Aquello que tanto parecías odiar