I: Descenso

Preso del frenesí, a contracorriente corría.
El invierno caía, refugio buscaba,
mas nada encontraba, perdido me hallé.

En una iglesia alejada,destartalada también,
Mi mirada clavaba,
Poco a poco me acerqué.

Dentro, no era menor el frío.
Tampoco mejor el suelo sobre el que dormir.
En esta casa de las peticiones,
Yo también comencé a pedir.

Padre de los cielos,
Que sobre tierra te expandiste,
Que de mi no diste, tu bondad,
Abraza este corazón perdido.

Oh, nunca te he pedido.
Pero hoy lo tengo que hacer,
El frío me ha cogido
Y temo el perecer.

Así que apiádate,
Aunque sea de manera retorcida,
Dame. de esta ausencia de calor, una salida.
Aunque esta sea, en el infierno arder.

Las luces se desvanecieron.
Mi cabeza comenzó a caer.
A donde quiera que fuese,
Ya no podría volver.

Era lo único que sabía.