¿Por qué me dijiste que si?

¿Por qué esa tarde me dijiste que si?
Estábamos bien; nada nos hacía falta, nada nos dañaba tanto ni mucho menos nada nos lastimaba estrepitosamente el alma. Tú en tu mundo; tan hermosa como siempre, con los tuyos y tu historia y yo...yo tan ingenuo imaginando tantas cosas como ahora; despreocupado, feliz de hablar contigo cuando fuera y sin pensar en estas letras que hoy me joden la existencia, sabiendo que lo nuestro simplemente debió quedarse ahí; siendo amigos que adoraban inclusive de una charla sin sentido y nada más.

Creo que la cagamos gacho, y no se si me entiendas; pero, distorsionamos esa parte en la que la amistad debería estar llena de puritito amor, y yo pendejamente confié en que fueras siempre mi mejor amiga y sobre todo mi mejor amor; hoy no tienes ni puta idea de lo mucho que se me estruja el corazón porque no estás junto a mí.

¡Míranos!; alejados, incompletos, muy jodidos por momentos y deseando a cada rato regresar todo este tiempo; y es gracioso, porque eso es precisamente lo que tú y yo nos hubiéramos ahorrado como amigos: mucho tiempo, harto dolor y sufrimiento por que hoy no nos tenemos.

Aún así, quiero que sepas que te amo con toda el alma y que nunca dejaré de hacerlo; aunque en la boca desde hace rato y por tu ausencia me acompaña un sabor bastante amargo y muy culero; ¿¡por qué esa tarde me dijiste que si!?, estábamos bien; seguiriamos siendo amigos y hoy la neta es que te extraño muy cabrón.

¡Carajo!...estábamos tan bien.