Colgajos de bondad

Cae la noche a trozos
donde cuerpos pálidos ensangrentados
fluyen
al ritmo arterial.
Cae mi alma a trozos
donde cuerpos inertes desdichados
flotan
pendidos de un hilo.
Un fantasma sucio me visita en mis insomnios.
Eterna luz que es reina de las sombras
a las que temo encontrarme
en el desenlace del hedonismo.
Arranco mis raíces de cuajo
pues no quiero verme más
ni verte jamás.
El sol ha quedado atrás.
Escupo a la moral tras preguntarle si soy buena
y desgarro mis nudillos
contra mi ser hecho ladrillo
ausente por tanto ruido.
Sólo quiero ser invisible
Cae la noche a trozos.
Cae mi alma a trozos.