BAJO LIBRA

1
No hace un falta un suceso sobrenatural
solo,
quitémosle las pilas al reloj.
Quizás,
Al principio nos sintamos raros.
Hasta descubrir,
que esta cárcel es absurda,
Que la estupidez
nos obligó a atarnos a él.

2.
Malditas las horas
que me separan de vos.
Malditas las horas
que miden el tiempo
que paso con vos.
¡Ay!
Malditas las horas
que me obligan a dormir
y me encierran
en laberintos mentales,
donde abrigo conjeturas oníricas
sobre el tiempo que paso en la tierra.
Al final,
maldigo con toda mi alma
a la espera.
Tu retraso.

Porque como la virgen,
que tiene mil nombres.
Vos posees en espacio de
días, meses o años
a nuevos seres.

Sos mi utopía,
hasta más grande que el amor.
La paradoja final
que acabara con mi vida
y me entregara el éxtasis
de los poetas suicidas.
Hasta más grande que el amor,
sos mi utopía,
la perfección.
Que hoy toma forma de mujer
de labios estallados en sangre.
Toma forma de deseo sexual,
de belleza pura,
virginal.
Que luego,
se quita su disfraz de cordero
y muestra su cara
manipuladora,
sensual,
diabólica.
Me enloquece,
despierta en mí el fuego.
Hace arder
en remolinos desesperados de sangre
a la pequeña llama
que hasta ayer
creía muerta.

Hoy,
estoy por atraparte.
Por romper
las utopías y las paradojas.
¡Y al carajo con el mundo!
Porque tengo el secreto,
rompo las horas,
le esquivo al tiempo
y te miro de espalda.
Me relamo,
porque si quiero
puedo rozarte con mis dedos
imperfectamente humanos
y estallar en un orgasmo
hasta quien sabe dónde.
Ángel mío,
demonio mío.
En esta ocasión
llevas una balanza
hecha de estrellas.
Esta vez te vestiste muy bella,
aún más bella
que la última vez,
Sonreís.