Mi Inocencia Llorá.

Mi Inocencia Llorá.

Me estoy volviendo loco, como si fuera un payaso que no sabe ni adonde va, ni de dónde viene... soy un idiota, decía entre murmullos con los labios pegados.
mientras el agravio de la decencia debatía en mi contra, al estrado de mis pensamientos y emociones que no podría explicar. una mezcla de enojo, ira y rabia, o quizás tan solo nobleza por aquella gente que solo busco amor. pero la paciencia se vuelve imprudencia.
no determinaba si estaba muerto o vivamente contento con el desaliento de una traición pronunciada.

como un inocente niño me permití caer y caer porque creo en los seres humanos. Que a virtud de manjar o placeres, no son, ni serán, más, que humanos que saben o no sabrán apacentar que son materia en este mundo y que depende de ellos, lo que de si se hable en el eco de la eternidad...

Hablaba conmigo dentro de aquel cuarto, cuarto mismo en el que la muerte moraba. si, estaba ella conmigo, recostada a mi lado esperando, como vieja que toma café en alguna tarde de cielo opaco. cómo aquellos grises que se ven en noviembre. que triste. saber todo lo que traman y no hacer nada. le comente, mientras ella de bocanadas se bebe mi sangre rojiza, que se tornaba oscura. volteo y no dijo más nada.

Mientras ella me bebia, yo, con menor afán quise contestar, pero me invadía el miedo que solemos sentir los inocentes condenados a juicio. dónde el jurado es solo la maniobra de algún titeretero que jugaba con mi vida, sin pensar en el que era o el que fui. o mejor aún congelando al colibrí que aleteaba buscando entre rosas y flores el nectar de la felicidad. felicidad que se escondía con el ambiente de aquella tarde, tarde que no volverá conmigo y flores que representan las mujeres con las que estuve, las cuales, lo que tuve, les di, y de ellas recibí solo el amargo beso de la traición. Excepto una, que aún me ayuda a plasmar mi sentir.

Yo casi escuché a mi madre, como aquellas tardes de mi infancia. decirme a grito partido, decir mi nombre, el muchachito no era un niño era ya un hombre que la vida traía como quiera entre la algarabía del que será su llanto causado por el desvelo de las madrugadas enmudecidas. que entre sollozos se escucha un rezo que mana de sus labios, pidiendo al cielo que aquel, su muchacho regrese pronto, no quiero vivir para saber que la ironía de sus andadas no fueron malos, como el que soy, que tampoco fue su mejor ejemplo en el descontento, desde el cielo quizás yo pueda secar tus lágrimas cuando veas que tú muchacho no volverá a su casa. Perdón Mamá.

Cuando escribo, yo te recuerdo amor de mi vida, que preferiste dañar tu cuerpo para darme la vida, quiero decirte que esto es injusto que si me mataron no fue mi culpa, porque quizás la culpa no exista entre los ambiciosos. cómo se han vuelto los hombres de hoy en dia, por eso no es poesía lo que escribo, en ello transcribo cada sentir de lo que son mis días.

yo me propuse buscar aquella salida, que de la pobreza nos apartaría. pero en el camino solo obtuve la grandiosa dicha de igual que tú, también ser padre, y como tú, hermosa madre. que a enceñanza de tu ejemplo procuro a mi hijo. aúnque para su madre yo sea el peor de los padres, por una balanza en desigualdad.

Ya no puedo con esto que arremete en mi contra. como si fuese Barrabás, con juicio sin juzgado, no estoy preparando para nada de esto, me veo. los veo y me molestó, y ante ello espero que se perdonen ustedes mismos. por qué de mí. ni con rencor se le ve, mucho menos con odio, la avaricia le carcome. mientras en su vela de envida, mi vida pone. lavando sus manos como un día aquel Pilatos habría hecho. en el casi lecho de muerte de un mesías llamado...

yo soy su soldado pues atendí su llamado y si muriera está noche desde el corazón yo también le habré perdonado. más sin embargo.

yo a mi no me perdono por ser tan indulgente, que no vio nunca maldad entre la gente, hoy con miedo quisiera ser quien se arrepiente. pero no habrá hecho en mi, que cargue con culpa, así que disculpa no voy a aceptar algo que no hize. y sí, en el matiz de tus mentiras me veo yo envuelto, serás tú quien cargue la culpa y yo quien pague tu error.

error que no tiene borrador en el camino estrecho que tiene la vida. por el hecho que lleva aquella tu despedida que no he podido superar en la partida.
de aquel hombre que contigo iba, era mi hijo. hijo mío hasta dónde estarás que en la desdicha de mis días y tardes te escucho gritarme... papá.
como no he de recordarte si no habría momento en el que no fueras tú mi inspiración.
El grito, el lamento que tengo ante cualquier persecusión social que exige corrección gramatical. puesto este ejemplo, al vivo momento que es la competencia existencial y será crucial el momento de mi partida porque entonces tendré la herida más grande que pude haber tenido en mi vida y sería entonces decirte adiós sin siquiera poder haberte dicho Hola.

no sé si en algún mundo que vive en mi mente o en algo que vive y llega a mí, derrepente un descubrimiento un hallazgo algo que no pedí. ni quise tampoco, pero que ahora tengo que soportar y vivir por qué soportar porque es más que decir qué sabes algo.

algo que los demás no y éste algo puede ser él invento más grande del mundo o el mundo de un vagabundo en un pensamiento cualquiera que sea el talento no soy quién para juzgar. ni tampoco quisiera dar aquella habilidad que puede convertirse en su propio fusil que disparen en contra de sí mismos por los abismos de la codicia y la envidia acompañados de la señorita avaricia.

y repito y os digo que todo lo que escribo, no son más que los sentires que tiene mi día y por eso en el día de hoy. digo, que no habrá mejor día para empezar un cambio que necesitamos y ese cambio sería empezar con nosotros mismos a cambiar.
qué tipo de cambio es el que necesitamos qué tipo de personas somos las que queremos ser y como queremos ser recordado al igual que cualquiera aquí presente también tenemos gente que está atrás de nosotros que está indagando investigando cosas que tal vez él no ha perdido y desapercibidamente se da uno cuenta de la ignorancia y su atrevimiento al invadir tu privacidad.

y espero que para todo aquellos que entiendan lo que leen y que procuren leer lo que deben lean esto tan complejo pero tan exacto a un mercado barato donde realmente se les vende la cura para lo que no quieren curar.

Erick Rizo

Comentarios & Opiniones

JUAN CARLOS CADENA

Es bueno escribir lo que cotidianamente vivimos, es un desahogo y también un llamado de atención. La vida es complicada, tiene sus matices, no siempre es agradable y sin embargo hay que vivir y dejar, o tratar de dejar, de lado lo que no es positivo

Critica: 
JUAN CARLOS CADENA

lo que no edifica, lo que no nos lleva a nada bueno. Al parecer te ha tocado muy difícil pero tienes un largo camino por recorrer y de ti depende como hacerlo. ¡Adelante, olvida aquéllo que puede generar rencor en tu alma y vive con plenitud¡ GRACIAS

Critica: 
JUAN CARLOS CADENA

por compartir parte de tus sentimientos en este escrito que, como dices, no es poesía sino tu vida. Saludos Erick. Un gran abrazo.

Critica: 

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