A ti

A ti que llegan las letras
mutiladas, a los eclipses
que habitan en los ojos cafés.
Tuyos los ojos y el cuerpo que
habito, la carne me sobra,
estas alas sucias, este cáncer
de alma que me revienta la boca
muda, me la lleva lejos donde las
palabras se ahorcan en
un pasaje secreto que existe entre
la oruga y la roca.
A tu nombre cuajado y poderoso que
me disminuye, a tu burdel de la
esquina donde prostituyes mis poemas
y los vendes por pan, a ti, ante
todo a tu reborde, a tu labio, a
tu boca, a lo que fue de ella después
de mis manos, y a lo que viene ahora,
después de la fosa.