Se han caido las acacias

Han descolgado de sus pieles
mudas la sombra de la vida,
el coraje de la herida
enfunde su puñal y aun caen
las acacias por ver gemir
el alba, la noche, invadida
por las fieras, reposa su absoluta
bastidad en el musgo de tus labios.
Rodeas mis aires con las acacias
vencidas, y escribes los versos
para redimirte en el nocturno,
nos queda poco después del
quebranto y la fama, el agobio
del poema ya nos calo los huesos
con su frágil perfume, las acacias
sonríen puritanas aun vírgenes,
nos queda poco después de la
ultima huella dejada por
el velo de la noche.