¿Tiene?

¿Tiene que aparecer siempre la luna?
¿Para hacernos recordar lo que nunca vivimos?
Profundas son las noches en que mi voz es una
Y dulces las melodías que con el alma vimos.

¿Tengo que vivir siempre acorralado?
¿Y estar con miedo cada día?
Inseguras son las calles que tantos han pisado
Y vacío el corazón, como la esperanza mía.

¿Tengo que dudar siempre de un abrazo?
¿Y dejar de dar mi mano al necesitado?
Insensibles son los aires que mantienen al remanso
Y tristes los violines en las plazas de mercado.

¿Tengo que esperar siempre una carta?
¿Y defraudarme cuando veo que es del banco?
Difícil es la era en que vivimos
Y agobiantes son los ángeles de corbata color blanco.

¿Tiene que llegar siempre la soledad?
¿Para caminar conmigo cuando siento frío?
¡Destino! de este cuerpo débil, ¡Ten piedad!
Y ayúdale cuando se encuentre en lío.

¿Tiene que ser puntual siempre Don Caronte?
¿Y el deseo de Medusa por mirarme fijamente?
Ya me fui, me ahogué en el aqueronte
Y busqué en sus aguas, no encontré nada tristemente.

¿Tiene que enseñarme siempre el cura?
¿Y soportar los clavos en mis pies mientras ruego por perdón?
La tortura ha comenzado, agarrando sus víctimas una a una
Y mis ojos ya no aguantan este irracional dolor.

¿Tiene que estar tu mano siempre fría?
¿Y ver tus grises ojos perdidos en el tiempo?
De mi lado ya no estás, dulce valentía mía
Y de mi alma se ha apoderado por completo mi lamento.

¿Tienen que penetrar siempre los recuerdos?
¿Y acabarse la elaborada poesía?
De lo que no viví, hoy hago reminiscencia
Y de mi caverna salgo con nueva filosofía.

¿Tiene que aparecer siempre la luna?
La noche tomó mi mano y me sacó de la cuna
¿Tiene que aparecer siempre la luna?
De los buitres ya soy, de eso no hay duda.