Otro Camino

Debo seguir otro camino,
pues apagaste ésa luz con tu partida
y cubriste tu rastro con las piedras que has ido tropezando en tu andar por la vida.
Como jurarte lealtad si proteges hasta tu silueta,
de mí que sólo quise dibujarla con besos y caricias,
si siento que todo aquello que soñé poder darnos ahora se convierte en una pesada angustia sobre mi espalda,
que duele en mi pecho y socava mi mente.
No quería echar más de esas piedras en tu bolso,
al contrario, anhelaba que lo nuestro fluyera con tal corriente,
que arrastrara esas rocas tuyas y mías hasta liberar nuestras almas de todo peso
y con el tiempo ir retirando capa por capa
esa corteza a la que confundes con piel.