Yacía intocable
Hacía el frío típico, no eran grados bajo cero
Pero las mezclas de un inexistente sol,
y un aguacero se hacían presentes
Nunca nadie la notó, ni siquiera yo
Las quimeras estaban ahí, todas distintas
Parecía que compartían el alma
Horribles aveces, pero su alma impresa
Con las mismas tintas
Ellas la veían, yo la ignoraba
Como ignorar a un demonio en medio de la luz
Asentado con fuerza, perfecto
Sin miedo a ser juzgado
Así yacía, exacta
Pura
Sus pupilas nocturnas eran sublimes
Hijas de un producto esotérico
Y aún así, no la sentía
Se encontraba desapercibida, por mí
No hubo noche que la conociera
Era una cárcel, un infierno más
Todo lo que me atormentaba, era ella
Un alma sin voces, que llegó a ser estrella
¿Cómo lo sé?
Era venenosa para las quimeras
Quienes con sangre se saciaban y,
De belleza se alimentaban
Y aunque silenciosa se encontraba
Un amor arcaico entre ella y las quimeras,
La desolaban