Agua, desvalorada agua

Como si estuviese bajo el regazo de un indomable,
vaga se encontraba en medio de su propio tormento.

No es la historia común,
hay más sangre no deseada aquí,
conjuntos de dolores anti masculinos y
lagrimas de exagerada fortaleza.
¡Se ha dado a luz!

Es nuevo, perdón, no para ella.
Es un arrebato de carne interior,
un arnés era posible unir a sí, mas no necesario.

Era agua.
Muchos la tragamos,
la deseamos, la escupimos,
introdujimos nuestro ser hasta lo más profundo
de cualquier cavidad que pudiese alojarle,
o al menos eso intentamos.
Hasta que se agotó.

Sufrió, al darse cuenta que su único sol,
su fuente de calor sólo tenía un propósito en la existencia:
Evaporarla.

Volverla un circulo, subir, gasearse y bajar,
desesperadamente, obligada por la gravedad
su fiel amiga, la única que estaba ahí para siempre,
porque disfrutaba verla caer y hacerle difícil el levantarse.

Puesto que ayer me contó, llegó su dicha:
El mundo la ha exiliado, ahora se pierde fuera de él.
Desesperada por conocer otros mejores, que sean dignos
de su preciada y desvalorada importancia.
Algo más que el placer.