EL SALVADOR
¿Por qué? Prometes salvarlo,
Al hombre sin merecerlo.
Hay acaso otro interés,
Para que quieras hacerlo.
Mira cual, dañino aparece,
Sanguinario y envidioso,
Destruye a su misma especie,
Se volvió el más peligroso.
Tú, que eres el Mesías,
Que viniste aquí a reinar.
¿Por qué? No vas a acabar
Con todas sus porquerías.
Haciéndote mal quedar,
Pues, hecho a tu semejanza,
No debiera el sembrar,
La tragedia y la venganza.
Le entregaste un paraíso,
Con una mujer hermosa,
Pero…en él efecto hizo,
La maldad de aquella diosa.
Dos hermanos fraternales,
Se pelearon fuerte y duro.
Caín, quedo sin rivales,
Con la quijada de un burro.
Habiendo matado a Abel,
Se sentía muy seguro,
Le cumplió fiel a Luzbel,
La misión de ser impuro.
Desde entonces como herencia,
Tiene el hombre la barbarie.
Actuando con inconsciencia,
Mata y peca, no cree en nadie.
Ni tus actos milagrosos,
Lo pudieron convencer.
Hizo una cruz de dos trozos,
Donde hacerte perecer.
Y aun así, tú lo perdonas,
Dejas que haga lo quiera,
Que mate a otras personas,
Que sea la peor fiera.