Venus Al Ara

Venus Al Ara
Por la calle húmeda escucho un eco;
Es una Driada de vestimenta azul,
La naturaleza que le alimenta se extingue,
Le cuelgan sus hilos, igual que su espera.
En el pergamino que la cubre del frió,
Lleva tatuado el nombre de aquel
Que velo sus ayeres, y que se fue con el tren de la madrugada.
El viento de febrero le peina sus crines rebeldes
Con crisma en sus dedos toca su lira y cual almas en pena recorren el universo sus Payas plétoras,
La horda salvaje de recuerdos le llena los ojos de noche,
Torpe tropieza en sus hilos, La pericia de su alcohol le deslumbra jardines y verdades.
La Driada sabe que el suplicio es pasajero
y las épocas del año curaran su aura consumada en luz;
¡Plena y hermosa luz!
Implora su muerte en el recinto de un bosque
Inundado de símbolos y despeñaderos
Inhalando el anís ferroso de aquellas alas blancas.
Consume su mirar el penetrante cosmos,
Que duele como el humo de leña verde estampado en los ojos.
se saca el corazón del pecho para prender una bacha de vida.
Descansa y se pone a Testar ¡a mi dame tus ojos, tu falda!
Sabiéndose lerda se lanza en los mares de fuego interior
Cuando Venus se posa desnuda ante el ara.