UN TAL FUNES ll

poema de Jorge Loyola

_ Al escuchar esto, se oyó un murmullo sordo entre la audiencia del viejo, la mayoría se hizo en la frente la señal de la cruz mientras decían un “ave María santísima” y se volvieron a acomodar nerviosos en sus asientos, para seguir escuchando.
El narrador acarició su vaso que estaba vacío mientras miraba al pulpero, que se apresuró a llenarlo, y el hombrecito siguió con su historia.
El maligno quiso saber quién era este de quien tanto se hablaba y se decían cosas como que era mejor que él, y enseguida salió a buscarlo.
Claro, para el señor de los infiernos no fue difícil encontrar al hombre, era de noche y Funes estaba sentado bajo unos arbolitos a la orilla de un fuego en el que chirriaba un pedazo de carne. El demonio se acercó por detrás y le habló como para asustarlo _así que vos sos ese tal Funes del que tanto andan hablando.
El hombre apenas acarició el mango de hueso de su puñal solo para confirmar que estuviera en su lugar _¿quién pregunta? _contestó el cristiano; casi alardeando el maligno respondió.
_Lucifer y vengo a ver si es cierto que sos tan rápido con el cuchillo, así que desenvainá nomas.
_Funes lo miró y con la voz firme y calmada le contesto _vea mi amigo; yo no ando desenvainando de puro gusto y tampoco soy bicho de circo para andar demostrando habilidades, así que guarde su arma y vuélvase por donde vino.
_El convidado a pelear, nunca vio ni un movimiento que anunciara lo que el maligno iba a hacer, solo se escuchó el silbido del acero surcando el aire y sintió como el puñal le cortaba el rostro y en su viaje se llevaba su ojo izquierdo; Funes rápido como un rayo manoteó su facón y lanzó dos golpes que se perdieron en el aire de la noche, pero hicieron retroceder al diablo, que rápidamente volvió al ataque sin lograr doblegar a su oponente.
Dicen que esta pelea duró varios días con sus noches, sabido es que al demonio no se lo puede matar, pero este tampoco logró terminar con el hombre.
De esta justa épica Funes salió sin su ojo, pero dicen allí también el diablo perdió su cola y es por eso que ahora puede andar entre las persona sin que lo reconozcan.
Nunca más, se supo de aquel tal Funes solo se cuentan historias sobre él y su pelea con el diablo y se dice que el malo quedó tan asombrado que cada vez que se cuenta esta historia el mismo viene a la ronda, a escuchar como la cuentan.
_Apenas el viejo dijo esto, una fuerte ráfaga de viento azotó la puerta y apagó el farol, dejando el lugar en la más profunda tiniebla.
Cuando las aterrorizadas manos del cantinero lograron volver a encender la luz, en el lugar no quedaba ni un alma.
Ya en la calle, uno de los que estaba escuchando esta historia, caminaba nervioso y encendió un cigarrillo, en eso estaba cuando una voz sonó a su lado _ me convida fuego_ giró la vista rápidamente y a la luz del fósforo reconocí al tipo que había entrado en el bar en el preciso momento que el viejo comenzó a contar la historia, inmediatamente recordó las últimas palabras de aquel hombrecito sin su ojo izquierdo y supo quién era el morocho que entró a escuchar sobre ese tal Funes.
Tal vez esta historia nunca debería volver a ser contada.

Fin

Comentarios & Opiniones

Xio

Oh!!!impactada, siempre me arrastras por el suspenso, el drama se hace dueño de la escena y llega el fantástico y nunca esperado desenlace, que bueno, mucho gusto me ha dado ser la primera en llegar, un placer, gracias por compartir,abrazos gaucho.

Critica: 
Jorge Loyola

Abrazos amiga me alegro que lo ayas disfrutado.
Que pases un buen fin de semana.

Critica: 

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