Las berrionderas y las viudas de la soga

poema de "Joreman"

Las berrionderas
y las viudas de la soga

Una noche oscura y escalofriante, llena de miedos y confusiones
En una choza humilde, triste y abandonada, de espantos y revelaciones
Se escuchaban alaridos, carcajadas y berríos de llantos burlones
Cerca de un gigantesco árbol, con sus brazos y ramas de rezos y maldiciones
La surcaba una quebrada de aguas rojizas, llenas de espumas de sus ejecuciones
De historias, de mitos y leyendas, de sombras maléficas, de sueños e imaginaciones
Volaban muy bajo, las almas en pena de las berrionderas, en sus agitadas desesperaciones
Las atormentaba el pecado espeluznante, del engendro de sus confesiones

De aquel caserío y villorrio, de tierras y ganados y de hogares amorosos
Se notaba el verdor y la alegría en las labores del campo, de sus campesinos sudorosos
Las mujeres reunidas en aquella choza humilde, maquinaban algo siniestro y horroroso
El demonio se apoderó de sus mentes siniestras, del fango estruendoso
Lo que pensaban hacer, era escalofriante y terrorífico, atemorizante y espantoso
Convencieron a sus esposos y maridos, de pasar una noche de amaneceres maravillosos
Las endemoniadas mujeres, se enrollaron los lazos en sus cuerpos, apasionados preciosos
Y los terratenientes, campesinos y jornaleros, con sus moyas de bebidas fermentadas de olores fuertes y deliciosos
Partieron esa noche hacía la choza, entonando melodías de acordes pegajosos
Marchaban abrazados, alegres a la cita de amores y pasiones deseosos
Y allí debajo de aquel árbol inmenso de ramas y sombras de miedos asombrosos
Empezó la danza macabra, con aires de pánicos tenebrosos
Todo era alborozo, risas y carcajadas, de tabacos, cigarrillos y bebidas, que tomaban agitados y presurosos
El egoísmo y la ambición a la riqueza mal habida, las llenó de fobia y odio pecaminosos
Querían para ellas solas las tierras, los cultivos y el ganado de tesoros codiciosos
Emborracharon a sus esposos, idos de tumbo en tumbo, sin alientos y ojerosos
Y allí debajo de aquel árbol, desenvainaron los siniestros lazos de sus cuerpos vanidosos
Y una a una fueron colgando con la soga, ahorcando siniestramente a sus queridos esposos

Amaneció y en el árbol del ahorcado, estaban colgados los esposos, rodeados de moscas y el aire, que los mecía en sus soledades
Las viudas en medio de su berríos, los enterraron con miedos atroces, ocultando sus barbaridades
La última noche del velorio, en aquella choza desolada y triste, presagiaba aires de fatalidades
Un ventarrón huaracado, en medio de relámpagos, rayos y centellas, con la fuerza de sus tempestades
Azotaba con furia la choza, a las viudas y a las sogas colgantes, llenas de perversidades
Las azotó en remolino y las elevó por los aires, con hojarascas a grandes velocidades
Lanzándolas al lecho de la quebrada, hundiéndolas en las terribles profundidades
Se calmó la tormenta y el árbol del ahorcado con las sogas moviéndose, se llenó de miedos, de espantos, de berríos y ansiedades

Cuenta la historia en medio de sus mitos, leyendas y testamentos
Que por allí han visto merodear a las berrionderas, padeciendo el lánguido de sus sufrimientos
Son las viudas de la soga, que atemorizan con sus gritos escalofriantes y espavientos
En noches oscuras y tormentosas, se escuchan sus berríos, con alaridos violentos
Son almas en pena, que vagan llorando, pagando el pecado de sus sufrimientos
Vuelan alrededor del árbol frondoso, atizando la soberbia y el pánico de sus remordimientos
Las berrionderas piden perdón y paz para sus crueles y agitados tormentos
Son las viudas de la soga, que piden con sus berríos y gritos desesperados, que las ayuden
Con el engendro, del peso de sus cargamentos
La soledad invade a estancia, al árbol del ahorcado y a la quebrada, con lastimeros berríos, que salen de bien adentro de sus abatimientos

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga mayo 22-2022

Comentarios & Opiniones

Xio

Tremenda historia, me ha tomado de la mano, que perversas mujeres, pero recibieron su castigo, está de miedo la verdad, muy buena narración, un placer la visita, buenas noches Joreman.

Critica: