PEREGRINOS

poema de JORGEE

PEREGRINOS
Pasamos por el mundo ansiosos de ilusiones,
Buscando siempre en ellas la dicha y el placer;
Y hallando muchas veces amargas decepciones,
Al cielo nuestra vista jamás quiere volver.

Sentimos a menudo los crueles desengaños,
Que dejan en el alma los seres que se van;
efímeros recuerdos que pasan con los años
Y vanas esperanzas que nunca volverán.

En cada ser se encuentra un sino verdadero,
la estrella que Dios quiere al alma iluminar;
aquella luz divina que guía hacia el sendero
do se halla la esperanza, la paz y la verdad.

No existe en este mundo ni paz, ni dicha y calma,
Por todas partes rueda la envidia y la ficción;
tan solo allá en el cielo se encuentra siempre el alma
gozando de la dicha sin pena ni aflicción.

Es triste pero cierto pensar que en esta vida
la muerte a cada instante acecha en derredor,
buscando siempre un alma que se halle adolorida
para brindarle el cáliz que calme su dolor.

En el profundo abismo de la esperanza incierta
el hombre va dejando el rastro de su afán;
corriendo como un loco abrir quiere la puerta
do encuentre los placeres que en realidad no están

*****

Pasemos por el mundo como si no existiera
Hagamos que la vida transcurra como tal;
Pensemos que la dicha tan solo es pasajera
Que el cuerpo es el que muere: el alma es inmortal

En el trabajo diario o en la faena dura,
en medio de los hombres que pasan y se van;
en la mañana clara como en la noche oscura,
veamos que las horas raudaces pasarán.

En las radiantes luces que alumbran los amores
de los primeros años henchidos de ilusión;
en los primeros besos tan bellos como flores,
quitemos nuestra vista a la tenaz pasión.

Allá en el espectáculo de la sonora fiesta,
en medio de la danza, el ruido y el licor;
a los acordes fuertes de la sonora orquesta,
llamemos e invoquemos el nombre del Señor.

En nuestro hogar formado por castas ilusiones,
al lado de los hijos que ríen con candor,
amemos tiernamente aquellos corazones
que son el fruto vivo de nuestro gran amor.

Y en los momentos tristes de enfermedad doliente
en el instante mismo de angustia y de aflicción,
alcemos resignados nuestra ardorosa frente
y a Dios humildemente pidámosle perdón.

Jorge Ceballos

Comentarios & Opiniones

María del Rocío

Señor Jorge, es un verdadero placer leer algo tan sustancioso y bello. Muchas gracias por su arte y por tener la dicha de lo comparta! Mi abrazo y respeto

Critica: 
Nancy

Me da gusto leer algo tan bello y que hace reflexionar. Son palabras llenas de mucha sabiduría. Un placer!

Critica: 
Xio

Precioso, sin peros, espectacular , linda rima, bellas palabras, sabia reflexión de la vida misma. Un placer estimado poeta, feliz tarde, un abrazo cordial y todo mi respeto por su arte.

Critica: