Laura, lasciva pero madre

Laura, peruana veinticuatroañera,
clara epidermis, ojos tal vez cafés,
lúbrica es tu mirada, esquiva tu tez,
señas que ignoran una vida austera.

Años atras pecaste de inexperta,
sin prever entregaste tu flor de miel,
y el infeliz no supo corresponder,
yéndose te dejó con la pequeña.

Y ahora tú te desvelas por esa hija,
la que está por encima de tu adicción
(no lo callo) al sexo y a la timba;

nadie reprochará tu disolución
(madre es madre, sea púdica o lasciva)
pues la vida darías sin vacilación.