Una Despedida

Música tenue en la radio.
Apoyado casi en la bocina,
con tu imagen aún fresca en la retina,
el camino a casa lo hice llorando.

No lloré de tristeza.
En el pecho no sentí frío ni opresión;
sentía aún tu tibieza,
sentía aún tu calor.

No lloré de felicidad.
Y aunque se formaba una sonrisa en mi boca,
contigo aún quería estar
y la ocasión fue muy corta.

No me pidas que te nombre
la sensación que me llenaba,
ella alegría y nostalgia mezclaba
y haría llorar al más duro de los hombres.