Entrevista Night Porter

poema de De Pando

Un puñado de currículums es todo lo que tengo,
una colección de verbos colocados estratégicamente
para confeccionar este gran artificio que me define.

Hay que ser un fraude
hasta para venderse como mano de obra.

El idioma, que ha sido puente
para llegar a esta perfumada recepción.
Se convierte en mordaza
cuando me explican que en los primeros meses
voy a cobrar menos del mínimo.

Does it work for you?

Me dice el cabronazo
mientras pienso cómo se dice en ingles
¿No hay plus por nocturnidad?

Pero los correos rechazando mis solicitudes
pesan más que la dignidad
que apenas consigo conservar.

Escupir en la cara se entiende en todos los lenguajes
y agachar la cabeza y asentir también.

Mamá aunque me queje,
te sigo escuchando.

Dicen que llamarán a mi antiguo jefe,
que no se fían de mí tiene pinta.
No puse mi segundo apellido para
que no llegaran a la conclusión de que mi primo
les esperaba con la farsa
al otro lado de la línea.

Mañana empiezo y me obligan a comprar pantalones y zapatos negros.
De luto y callaito, no vaya a ser que se me note.
Mi primer día de trabajo
para costearme el uniforme.

Mi cabreo se materializa en una declaración de intenciones:

Salario mínimo,
mínimo esfuerzo.

Ahora me queda engañarme a mí,
anestesiar mi insuficiente sentido de la justicia,
aunque sea por supervivencia.

Perro ladrador...