SIEMPRE ESTAS EN MI MENTE

Pensaba que este dolor no acabaría,
que el olvido a mi puerta jamás llegaría.
Quise correr mil kilómetros lejos de mi hogar
y arrancar este dolor que se apoderó
de mí, arañándome el alma.

Me afané en olvidarte,
en suprimir tus archivos de mi memoria...
... pero...
cada mirada tuya se incrustó en mi cerebro
y acabé por resignarme al desvelo,
acabé por resignarme a despertar
gritando tu nombre.

Quise olvidarte,
borrarte, suprimirte por completo...
... pero ya ves, aquí estoy,
frente a tu puerta y en pijama
como un chico adolescente
que huye de casa en madrugada...
...que busca en su amante
un consuelo, desesperado...