Carroñeros

Todos esos ojos me andan buscando,
sangrados, verdes, ávidos de vergüenza;
en mi cara encuentran su pasión abyecta,
malvados carroñeros, venados de mal prado.

Atiendan a un grito que es menos humano:
El que anuncia su condena, tiranos solidarios.
De mi blanca nausea emerge terrible
y ya va espantando a sus crueles gusanos.

Cuando el prado sea despejado, estarán rondando
detrás de los arbustos espinosos, agazapados,
cazando moscas azules, libélulas multicolores,
bebiendo a mis espaldas, escupiendo sal en mi costado.

No se irán nunca, es gratuito el espectáculo
de mis huesos danzarines, de mi boca resoplando,
terribles ojos de canto, diablillos locos y magos,
censores constantes de juicio lechoso, blanco.

¿Les temo? No he de poder precisarlo,
pero sé que en mi noche estarán rondando
así que insisto en los baños lácteos.
¡Por no ser carroña, para podrirme temprano!

Comentarios & Opiniones

Christian

Oh, no se puede pedir mas, exelente expresion. Adelante brother

Beto Aveiga

Monsieur instrúyeme sobre tu poema, quisiera comprenderlo. Saludos compatriota!

Monsieur Fortoul

Este poema lo escribí cuando atravesaba un terrible momento en mis relaciones sociales, y surgió de un acceso paranoico. Gracias por sus palabras!

Beto Aveiga

Ahora lo tengo claro, sí logré notar cierta confusión e ira en el poema, pero no lograba decifrar la figura detrás del poema. Gracias Monsieur! Buen poema!