.suspiro

poema de Javier Pineda

Una vela que se apaga y otra que se enciende,
ese es el sentido de la vida.
Como una flor marchitada o tal vez,
como un suspiro conseguido por una
bocanada de aire.

Reincidimos en el Carpe Diem,
o en el Tempus Fugit.
Ahora mas moderno Mindfunees.

La idea no sale de los parámetros ya aprendidos,
ni de los caminos establecidos.
Todos llegamos al mismo lugar.

A ese punto de sensación plena,
cuando respiras aire puro de la montaña.
La respiración consciente de cuando
solucionamos un problema.

Una mirada que lo dice todo.
Un olor que nos trasporta al pasado.
Cuando desatamos una carcajada de alguien.

O cuando lloramos desconsolados.
Cuando una caricia es correspondida.
Un beso dado sin medida.

Cuando recuperas una amistad que dabas por perdida.
Cuando aprendes a ver la felicidad
como un estado natural y no un objetivo.

Cuando te sientes afortunado de todo lo que tienes,
sin mirar el bolsillo del que tienes al lado.

Como atreverte a tirarte en paracaídas,
aunque sufras de vértigo.

Cuando el frescor del agua eriza tu piel,
en una tarde de verano.
O ese zumo de cebada que sigue su curso.

Sensaciones que no se explican y tampoco hace falta,
solo hay que vivirlas para echarlas en falta.

Por ejemplo.

Javier Pineda,
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