.panacea

Un recuerdo agradable,
sensación de felicidad,
un suspiro de alegría,
una sola forma de amar.

Mañana tierna y luminosa,
insustituible compañía,
ambiente embriagador a rosa,
supe que ella sería mía.

Acciones que recuerdan sueños
y miradas que distraen,
gestos bonitos y dulces,
que de ti me atraen.

Con camisa ancha y ropa interior vestía,
Le sobraban la mitad de las prendas,
ya se lo decía.

Como buen anfitrión su mejor desayuno le preparaba,
No era cortesía precisamente,
sino el amor que por mi hablaba.

Nunca es un término complicado.
Pero sabía que nunca había conocido alguien como ella.
Equiparable al mejor brownie jamas cocinado;
Por lo de tierna por fuera y cremosa por dentro.

Inigualables labios sedosos,
me tocaba y me rendía,
con su mirada me fundía,
me sentía como estrella bajo los focos.

Sonrisa capaz de resucitar,
al mas deprimido hombre,
Pelo brillante y sedoso,
eso si que era precioso.

Como niño que pretende agradar,
de todos sus chistes me reía.
No tenia del todo claro lo que pasaría,
sólo deje el momento pasar.

Como naufrago que no entiende
porque no le rescatan,
continúe buscando el porque
de mi miseria humana.

Sus señales interpretaba y no sacaba conclusión.
Será que hablamos distinto idioma o eso pensé yo.

Tiempo después supe que me mentía,
que ella ya tenía escudero,
que se llamaba soledad
y era su amor verdadero.

Pobre de mi por haber jugado,
al juego que yo mismo invente,
al que por miedo a sentir algo,
no me la jugué.

Javier Pineda,
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