Cadenas y cuerdas./II.excusse.

poema de jamaca

Mi cuerpo íntimamente te llama
sintiendo la calidez de tu rocío,
de tu sudor sobre la almohada
mientras jugamos a que somos desleales amigos que se besan,
nunca pensé que flotaríamos en esto
rozando nuestra piel en la vereda;
Aduéñate de mí con tus caricias,
haz vibrar cada aspecto de mi ser con tus mordidas,
obsérvame gemir con tu malicia
domíname cruelmente con la antigua desdicha de que alguna vez
fue derramado en frio el aspecto de tus labios sobre los míos,
hazme saber que me dominas,
susurrándolo al oído,
abriendo el alguna vez indescifrable
camino hacia lo oscuro de tu valle
a mi jadeante y rígido detalle.

Hazme sentir poca cosa,
palpa con humedad mis dedos dentro de tu boca
el amargo movimiento de una lengua juguetona
que succiona y lame sosegando a mis neuronas;
Abre atenta al Valhalla a todas mis tensiones
a la oscura necesidad de cada una de tus acciones;
Tomaste mi cuello y violáceo lo has dejado,
acompañado de una añejada sintonía de arcadas,
a mi espaldas ensangrentados tus rasguños se han marcado,
haciéndome sentir una fuerte llamarada,
y que por ello respondí
mordiendo parte de tu cuello
tomando tu cintura que reacción al éxtasis explota
y mi mordisco empapando continuamente junto a tu carótida.