UN BOLETO HACIA MAMÁ

poema de Jair Segura

—¿Sabes que es lo más difícil de las despedidas?
— No. —respondió de forma cortante mirando hacia la nada.
El viento movía suavemente la copa de los árboles, haciendo volar sus hojas, las cuales lentamente caían sobre el suelo.
—Es no despedirse.
Se hizo el silencio.
—Hay despedidas que jamás suceden, —continuo—, son fugaces, sutiles, silenciosas… son despedidas que rompen el misterio y se ocultan dentro, lejos de la vista.
Hay despedidas que jamás suceden, que jamás sabes el momento en el que todo ha desaparecido, pero que lentamente se siente la ausencia, como un dolor en el pecho, como un cielo que ha perdido sus estrellas o una nube que ha dejado de llorar porque ha quedado vacía. Son despedidas que no ves, ¡pero como se sienten!
—Entiendo. —respondió, con un tono suave en su voz, a la vez que tomaba la mano de su hermano—. Espero podamos llegar a tiempo y despedirnos de ella.