EL MONSTRUO

Pasada las once llega el monstruo.
Mamá me ha dicho que me esconda bajo la cama.
Se escucha su rugir, se sientes sus flamas.
Viene con las garras afiladas,
mamá es buena,
me protege del fuego,
del filo de su mirada,
mamá es buena,
mamá es buena.

Hace calor, la oscuridad pesa,
siento que me toman del cuello,
pero el monstruo está allá.
Mamá es buena.

Huele al llanto de mi madre, a sus súplicas,
el monstruo es fuerte,
lanza uno,
dos,
catorce ataques a su cara.
Mamá sangra, pero no da la espalda,
sabe que el monstruo mirará debajo de la cama,
mamá me protege del fuego de su mirada.
Con la boca destrozada,
mamá sigue levantándose,
llora porque duele,
yo lloro más porque la sonrisa de mamá se ve arruinada.

Hace calor, la oscuridad pesa,
siento que me toman del cuello,
la batalla no da tregua.
Mamá es buena.

El monstruo para,
media hora de lucha lo sacian
se cansa de ganar siempre,
su tambaleo es constante,
tiene una botella en la mano,
bebe,
recupera fuerzas, el tambaleo aumenta.
Mamá sigue de pie,
no importa cuantas veces caiga,
mamá es buena,
mamá es buena.
El monstruo le escupe en la cara
ya no hay gritos, mamá no llora, yo lloro por ambas.
Me deshago del miedo, salgo de la cama,
mamá me abraza, ya el monstruo se larga,
antes, tomó del bolso de mamá un par de monedas,
antes, tomó de mamá, su vida entera.
Mamá sonríe con la boca destrozada,
me toca el cabello, sigo llorando por ambas.
No hay refugio mejor que los brazos de mamá,
no hay nada peor que ver, lo que el monstruo causa.

Mamá es buena, me consuela diciendo:
"No es nada"...

El monstruo volverá en una semana,
tal vez con garras más afiladas,
pero ahí estará mamá soportando,
volviéndome a proteger debajo de la cama,
por más fuerza que tenga papá, el monstruo,
nunca podrá derrotarla.

Mamá es buena,
mamá es buena.