DONDE NO LLEGUEN LOS PERROS

Amor, siento que vienen,
sus pisadas son más fuertes,
siento el vaho de los perros,
siento mi carne en sus colmillos,
siento mi apellido en sus muelas;
vienen escupiendo fuego,
vienen a matarme,
como si estar lejos de ti no fuera
de por sí la muerte.

Amor, en la prisa del escape te escribo,
porque será lo último que escribo.

Amor mío, se acercan,
llevan días buscándome
he intentado en vano seguir con vida,
ver tu sombra y seguirla,
pero no puedo más,
amor mío, nos veremos pronto en un mejor lugar,
no veremos en donde no lleguen los perros.

...

Amor mío, ayer me han encontrado,
desde hacia mucho tiempo no sentía
el sabor del hierro en la piel,
el calor de mi sangre manando,
la desdicha de vivir
en este país del sur.

...

Amor mío,
están a punto de sacarme al patio,
donde todo el mundo nos vea,
donde nuestro cuerpos hagan más ruido
cuando se rompan.
Somos yo y cinco más,
somos una cantidad inmensa
que no se cansa de luchar.
El sol sale por obligación, amor mío,
precisamente hoy no salió.

Amor mío, se viene el golpe,
no moriré eso está claro,
viviré contigo para siempre,
te llevaré a donde no lleguen los perros,
a donde existe un país igual a este,
pero sin ellos,
sin la crudeza de sus manos.

La primavera no se acaba
aunque arranques todas
las flores a tu paso.
Alguien dijo alguna vez,
amor mío, no recuerdo su nombre.