CARTA TRES

Tengo la máquina de hacer poemas averiada,
se sobrecalentó
con tu mirada,
con el recuerdo de tu cara.
La dejé dibujando la sonrisa
que te pones cuando miras,
la dejé dibujando la sonrisa
que te pondrás cuando me sonrías.
La máquina se alimenta de tu voz,
de las cosas que me escribes,
de las ideas que dejas,
como migajas,
convierte mis escombros en ritmo,
en versos apurados,
en líneas atrevidas
que buscan ser poesía.
Tengo la máquina de hacer poemas en reposo,
la dejé mirando tu fotografía
para que su sueño más profundo
sea el de tu cara sonriendo
en una noche fría.
Esta máquina sobrevive en mí,
regurgitando mis errores,
tragándose tu perfume inventado,
tus ojos
más borrosos cada día,
siento si algún día te pongo pupilas azules,
siento si el sonido de tu voz se desvía,
siento que no te sienta cerca.
Tengo la máquina de hacer poemas averiada
siento
que lo que te escriba
no esté a la altura
de lo que te escribiría
si estuvieses aquí,
al lado de la máquina,
al lado de tu voz
la mía.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Bello! Saludos un placer.

Critica: 
Mac1965

Precioso, un placer leerte. Saludos cordiales

Critica: 
Galatea

Simplemente maravilloso. Gracias por compartirlo.

Critica: 

Comenta & Vota