CXXIX

poema de Iset

Quiero cantar a la felicidad
pese a lo misteriosa que se muestra
siempre está al alcance de mis párpados
no le importa que ese día a las tres
de la tarde haya tenido que esperar
por tres horas para por fin convencerme
de que nunca llegarías,
no le importa que haya tenido
que leer tres mil páginas
para por fin convencerme de
que no puede ser escrita,
no le importa que tenga
trescientos amigos que
me preguntan cómo estoy
todos los días después el almuerzo.
Solo le importa que con honestidad
te pares sobre el techo
de la casa más alta de tu
barrio y grites:
El que quiera, que sea feliz.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Que fuerte! Saludos cordiales y feliz día!

Critica: 

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