Poema I

Desde la arena, pequeñas bajo el cielo, observábamos el mar: Salvaje, lejano, e infinito. Las olas nacían y morían ante nuestros ojos. Pintadas de azul, reflejando el oscuro y brutal cielo nocturno.
Era difícil diferenciar donde terminaba el mar, donde empezaba el cielo. Llegué hasta a creer que en realidad eran lo mismo.
Muchas veces había visto el mar, nunca antes había visto ese paisaje, habitado por la oscuridad, y el final de todo:
Era la espesura de la noche, en dirección hacia lo eterno. Era el rostro de todo lo desconocido. El canal de nacimiento de monstruos, y nuevas maravillas. La entrada y la salida. La entrada del mundo. El lugar donde el cielo y el mar se unen.
La luna posaba en la altura, asomaba tímidamente entre la penumbra. Poco a poco, el viento fue descociendo su vestido de nubes, descubriendola ante nuestros ojos maravillados. Entonces la oscuridad comenzó a morir, y los nuevos colores en el cielo comenzaron a aparecer.
La luna reinaba sobre el mar, enmarcada entre nubes grises que, como un sendero, parecían invitar a nadar hacia el universo.

Comentarios & Opiniones

JOSE FLANDEZ

Excelentes versos cargados de bellas metáforas y profundos sentimientos. Recibe un fraternal saludo y todas las estrellas para tu hermoso poema.

Critica: 
Joelfortunato

Saludos. Su escrito es interesante, amplio, bien narrado, instructivo, con lenguaje que permite comprender el mensaje, de bellas imágenes. Grato es leerlo. Reciba mi amistad respetuosa.

Critica: