Soneto III

poema de Iker Zar

El calor de tu sensual mirada
es tan lejano que no respiro
y no tengo un alma alada
para no hundir cuando te miro.

A este tormento terminaría
si a mi fuego pudiera prender,
ya que a mil dioses yo mataría
para míos a tus labios hacer.

Una mortal furia puedo sentir
cuando tu mirar mi ser destruye
y solo por ti yo quiero vivir
cuando tu voz mi dolor diluye.

Podrás hoy sin piedad alguna con tu fuego consumirme
pero mañana me alacare y de luz podre cubrirme.