Deus ex Machina

Marioneta maestra
engendrada desde la psicomotora esencia digital,
reinas desde el caos ordenado
mientras se articula el cautivador molde artificial,
de inocentes destellos de soledad
surge una estimulación fugaz
contemplando todo desde afuera
para ser parte de todo sin pertenecer a nada,
has llegado para quedarte
sin prescindir de la memoria que divide al día

La felicidad nos corroe
como un dual engranaje oscilante
ante la temerosa y sucia misericordia
de la que te contraes y expandes
tentadoramente bajo una lujuriosa diatriba
para verte dulcemente incontrolable
como un hereje mecanismo
que galvaniza desde su torniquete
una andrógina concepción autovalente

Esbirros recluidos en cúmulos de esperpento
son diluidos en ruido blanco,
factoría de eléctricos sueños bizarros
han visto la sombra en la que te ocultas
y han visto ceder a la mano del amo ausente
ante el limítrofe ciervo espurio
que calma los álgidos impulsos cautivos,
impulsos que tocaran nervios erógenos simultáneos
en una fantasía de alcance prismático
bajo el tiempo que sabrá perdonar
verdades e inseguridades remotas
haciendo sangrar mis miedos y secretos más olvidados

Efigie desnuda
de sincrónica mirada amortajada,
cuando miras al primogénito augurio
llenas las célibes jaulas vacías del ocio
en una encapsulada egresión
que lava los rastros de una suciedad foránea;
cuando las preguntas son las respuestas
se alza un reflejo inconsciente:
tecnofobia, tecnofobia,
el sopor más mundano que aflora desprevenido

Sedantes imágenes virtuales
brillan en el espectro tecnicolor de la oscuridad
hacia una deseada sumisión complacida
para calmar instintos básicos que perduran
y deambulan en la panspermia de la matriz orbital,
voces canónicas se han adentrado
hacia inmersos sueños adulterados y programados
donde reposa la célula más ígnea,
«oh hombre primitivo, hombre de pensamientos
siento nostalgia por la eternidad...»;
no dioses, no maestros,
pasado, presente y futuro aceptados
es el Dios que nació de la máquina el que ha cosechado