CIANURO DE POTASIO EN EL POSTE DEL JARDÍN

Ella lo vio desde lo alto de la azotea, caminaba presuroso y con miedo en el gran jardín de su edificio, queriendo ser socorrido; pero la altura donde ella se encontraba no hacía posible ver todo con claridad, no sabía en sí a qué se debía su temor, pero si podía notar en los ojos de él la cara de angustia, siendo esto lo único que podía detallar con precisión; él también la pudo mirar, y quería rápidamente su asistencia; para ella era un secreto todo lo ocurrido, pero sabía que tenía que ayudarle. Había un obstáculo que impedía dicha labor, se trataba de una valla que separaba los dos respectivos edificios, el de ella y el del chico temeroso, sería más que una tarea, una misión, pues en verdad había problemas que estaban arremetiendo contra aquel joven; la chica todavía no se daba por enterada del problema, pero conocía con minuciosidad la gravedad del caso. Al principio los signos de la situación engorrosa no notaban tanta urgencia, pero algo desde la acera hacía intensificar lo que el padecía, estaba postrado con signos de debilidad y decaimiento. Ella sabía desde antes que la situación iba a empeorar, y presenciando todo el espectáculo desde su apartamento salió de aquel, llamó el ascensor llegando inmediatamente al vestíbulo de su edificio, la valla se veía más enorme desde el primer piso, era increíble que nadie más sino ella se percatara del problema del chico, cada vez se hacía peor el padecimiento para él; la joven que no sabía ni siquiera escalar una roca de un metro, sin pensarlo dos veces escaló la inmensa valla de diez metros, tuvo éxito con la adrenalina que se había despertado en su interior, llegó a corta distancia del chico y en una maniobra impecable y rápida lo cargó en sus brazos rumbo al hospital en un carro que de la nada había aparecido, una vez en la sala de urgencias, fue atendido rápidamente, ya fuera de peligro el chico relató lo que había ocurrido, en primera instancia le había parecido extraordinario que sólo una persona se hubiera dado cuenta de su situación y más extraordinario aún desde una distancia considerable, y agradeció al instante el acto de valentía de la chica, posteriormente prosiguió con su historia; la razón de su problema según el dictamen médico se había debido a un veneno colocado en un poste, el que estaba justo en el jardín, y al haberlo respirado en pequeñas dosis le había afectado; según los análisis periciales el cianuro se hallaba ahí al haber sido lanzado desde un apartamento de una persona que se había arrepentido de quitarse la vida; cuando todo el problema cesó de raíz, el doctor dando de alta al joven preguntó el parentesco con la chica, hubo un silencio corto, pero el al fin y al cabo dio su respuesta así: desde ahora ella es la amiga que cuidará en silencio de mí.