MI VIDA ANTERIOR

Cuando fui una estrella en la constelación de Estión.
Tenía cuarenta y dos planetas girando a mi alrededor.
No todos eran de gases y polvo o roca en suspensión.
Los más lejanos eran blancos, no les llegaba mi calor.
Cuando los iba a visitar se quejaban de su desolación.
Tenía tres mal criados a mi lado, los rojos les decía yo.
Eran los más pequeños, de roca pura y fuego su corazón.
Pero mis preferidos, aunque no debería decirlo, eran dos.
A la azul le llame Terzina y a su hermano, El Verde Darzón.
Eran muy unidos, casi gemelos diría yo, siempre juntos
girando a mi derredor. Hasta me parecía oír su conversación.
Desde siempre supe que ellos eran diferentes a sus hermanos,
De roca en un principio, creí que de fuego tendrían su corazón.
Pero con el tiempo tuvieron grandes transformaciones.
Se les formo una burbuja alrededor, dijeron que era evaporación.
Paso mucho tiempo para que ese vapor desapareciera.
Fueron cambiando mis niños, también en su corazón.
Cuando se esfumo el vapor, se mostro la belleza de los dos.
En sus superficies había agua, animales y mucha vegetación.
Mi vecina Mesijas, que es una estrella roja, mucho mayor que yo,
Me dijo de inmediato, cuando los vio: Tienen el virus, la infección.
No pude preguntar nada, de inmediato tomo a sus hijos y se marcho.
Yo veo a Terzina y Darzón y se ven felices, disfrutando con pasión,
sus hermosos cuerpos estelares llenos de vida, con aromas y color.
Mi vecina Mesijas nuevamente me visito, me vino a hablar de la infección.
Dijo que ataca a los jóvenes que en su superficie tienen agua,
una temperatura ideal y esencialmente carbono para su formación.
Es un virus que va por etapas, lo primero es la vegetación en el agua
y bueno para que te doy detalles, si al final lo que busca es la destrucción.
Ha destruido planetas, estrellas y se cuenta que en algunos lugares
ha llegado a tener tal poder, que ha destruido incluso una constelación.
Te sugiero amigo, que le envíes una ola de fuego y quemes toda esa vida.
Que lo único que hará será matar a tus hijos, a ti y a toda la creación.
Recuerdo a mi Terzina y Darzón… nunca perdonarán lo que hice, por amor…
Me lloraron, me dijeron que había matado, exterminado a los hijos de Dios,
Que él los había enviado a esta constelación para perfeccionar la imperfección.
Ahora soy una estrella Amarilla en la Vía Lactea, ¿castigo o bendición?
Lo único que le pido a Dios, que no me ponga en la misma situación…