Claudia

poema de Hector Canelo

La luz inundó unos breves segundos
La sala del hospital
Sus ojos se llenaron de lágrimas
De llantos pasados y futuros
Y de sueños por venir.

En compañía silenciosa
Aunando esfuerzos
Los niños se fueron
Despidiendo
Y el vacío de los corazones
Fue haciéndose presente
Dejándonos solos con el miedo
La pena y la angustia.

La lucha había sido dura
La Esperanza había disipado
Tantas veces la partida
Y ahora llegaba el momento
Del adiós
Cuando todo el amor
Se agolpa en el ser amado
Y se pierde pasado y futuro
Discordia y mansedumbre
Perdonando y perdonándose.

Y el señor humildemente
Colapsa el templo del cuerpo
Desconectándolo del alma
Dando paso a un nuevo amanecer
Sin dolor y sin pena
Con la alegría de trascender
Nuevamente la materia.

Para los que quedamos, al principio
No nos bastará el amor recibido
Ni nos consolaran las palabras
buscaremos en vano
Como en sueños
El recuerdo de una caricia
La ilusión de un beso físico
un contacto a través
del espacio y el tiempo.

Y aunque solo esten disponibles
Los registros del alma
Finalmente nos contentaremos
reconociendo que nada
Fue en vano
Que esposo, hijo, hija y padre
Estarán siempre esperando
Para reencontrarse
En la eternidad
A donde todos pertenecemos.

Un adios no es eterno
El amor no tiene limites
Es tan extenso y maravilloso
Como el universo.