Después... No digas "Dios" que...

Después...
Después no diga "Dios" que.. que no le intente buscar
Porque también he de sentir dolor siendo yo quien cuelga en el madero.
como siervo que llevo al sagrado Cordero
lo clavo, escupió y por monedas cambio el amor por el matadero.

Conoces más que yo el olvidado pasado
cuando a mis siete años de la creencia fui excluido
Anatema de la ciencia
y en la Vejez, durante semanas intente escuchar alguna voz
Las noches atroces, dolores al perder el amor de mis amores
Después no digas "Dios" que no la ame como nunca se amado.
Porque no compre placeres, ni di pesos por besos
tampoco puse precio a favores de mujeres
era solo un anónimo error
Quién llora ahora y le sangran sus dedos
mancha roja sobre la hoja
Cubre silencios nuestros siniestros negocios
No invoque la agonía ajena
Puse mi rostro a quién su odio sobre estos huesos sacudió
hasta ame los que sus horrores despertaron en este amor.

Puedes decir, que en blasfemia he de escribir
Que por meses te intente oír
que las peores imágenes me solían cubrir
los errores del pasado dolían
dentro estos afectos en suicidios morían

no digas "Dios" que ningún humano sintió amor no por miedo
sino por propio deseo
entrego su existencia por quien le llamo su enemigo
ahora, nadie escuchara, ni vendrá, como es habitual
La soledad como nuestra ramera amante
no digas "Dios" que otros están bajo llantos
y la noche fracasa, he regresado a casa al perder la posibilidad de construir una familia.

Es otra semana sin dormir, la droga no mitiga esta culpa
la llaga de ver sufrir los inocentes
Cuando la tierra sepulta los amores puros
y los que no tenemos armas en las manos
caemos en las llamas de los infiernos.
vemos como los asesinos, ladrones y sádicos se imponen como fuerzas de la paz.
los pobres no merecen nacer
¿Puedes ayudarme... sacar un segundo, escuchar...?
puedes dejarme morir, hace años, el cianuro beber
la soga que sostiene estos hilos de líneas
pueden ahorcar las cuerdas vocales.

Ya pague por haber herido la mujer amada
pueden prende las llamas en mi cara como en fue e mí infancia
ya estoy preparado para arder en e fuego de la eternidad
desalentada desolación has consumido la última lagrima.
No puedo comprar tu perdón, como mucho menos pagar por amor...
soledad es todo lo que me ha acompañado en estos últimos años.
lo que se ama cada día toma más distancia.
Dame valor, donde reconozco que no valgo nada para nadie
que no haré falta y que ya sobramos hace mucho
porque soy tonto al intento de decir :
"Después no digas "Dios" que no te amaron"

Andrés Castro