Divinidad pura

Ser humanos no implica ser imperfectos,
Y ser perfectos, no excluye, ser humanos
Mira a tu alrededor…
Veras cientos o quizá miles de ángeles que amamos.
Entre ellos se encuentra la divina belleza;
Que parece diosa que parece princesa,
En sus labios lleva el éxtasis y la potestad:
De quitar la vida, de matar la verdad.
En sus ojos está el remedio suicida
Que te hace inmortal o te quita la vida
Te hace vibrar con un solo contacto
Y borrar tu existencia en solo un minuto.
Pero nada iguala la satisfacción de tocar con emoción sus cabellos
Volando entre las notas de esa canción que emana su boca;
Paralizando el corazón…
Detiene el tiempo del mundo, completo,
Que me hace estar en una historia, en un mundo,
Diría, en un cuento de hadas, de reinas; y donde ser esclavo,
Vale mucho la pena.
y… su piel de lana, sus cabellos de seda,
hacen que lentamente tu alma se muera,
muera de ganas de tan solo rozar a ese diamante. A ese oro singular.
¡oh! Divino ángel, fuiste mandado del cielo.
Pero. dime: hasta cuando tendré el consuelo
El consuelo de amarte, de tocar tu rostro,
De tus hermosos labios poder besar.
Que paralices mi corazón, que me hagas volar,
Y con un mundo de hadas me hagas soñar.
Que me ha gas sentir en el punto más alto,
Que, si tu alma me lo ordena, desde allí salto,
¡Divinidad pura! Eso es lo que dios ha hecho en ti.
Me hacen postrarme bajo un lecho de felicidad y de tristeza,
De desesperación y certeza,
Lo que hace de ti… mi hermosa Princesa.